Aparte
de ponérselo a San Pancracio, el perejil es una de las hierbas
aromáticas que más empleamos en la cocina
Salsa verde, pan rallado con ajo, guisos marineros, sopas…
Te damos unos consejos para que el perejil se conserve en perfecto estado de frescura y podamos así disfrutar de su particular sabor y de su alegre color.
1. Congelación: El perejil, como hierba cortada que
es, se deteriora si se guarda muchos días en la nevera. Por este motivo,
una vez bien lavado y escurrido, lo podemos congelar. Hay tres formas
de prepararlo.
Una de ellas consiste en congelar los ramilletes de
perejil frescos y enteros. De este modo cuando lo descongelemos, lo
desmenuzamos frotándolo con ambas manos. La segunda consiste en picarlo o
trocearlo previamente.
Es mejor congelar el perejil en paquetes
individuales (papel de aluminio o bolsas de congelación) de poca
cantidad, ya que una vez que lo descongelemos, al igual que cualquier
alimento, no puede volver a ser congelado.
Y la última y más
sorprendente, en forma de cubitos de hielo. Rellena los huecos de la
cubitera hasta la mitad con perejil picado. Cúbrelos con un poco de agua
fría y congela. Añádelos cubitos al guiso poco antes de apartarlo.
2. Refrigeración: Si lo queremos usar varios días
seguidos, el mejor método para tener mantener el perejil fresco es
introducirlo en un frasco de vidrio muy ancho, taparlo herméticamente y
guardarlo en la nevera. Eso sí, es importante que el tarro esté
completamente seco. La humedad afecta al deterioro del perejil, por lo
que siempre que vayamos usando sus hojas, es conveniente que le
limpiemos las ramitas vacías o las que empiecen a estar mojadas o
marchitas.
3. Cocinado: A la hora de cocinarlo, la experiencia
nos dice que lo ideal es añadir el perejil apenas vayamos a retirar el
guiso o la salsa del fuego. Una cocción prolongada hace que desaparezca
su sabor, cosa que ocurre a muchas otras hierbas aromáticas.
4. En crudo: El perejil es muy socorrido para dar
color y sabor a salsas. Para que mantenga su característico aroma y su
verde vivo, lo mejor es picarlo en el momento de preparar la receta. Una
vez sumergido en aceite o al contacto con la humedad de la propia
salsa, el perejil comenzará a impregnarla con su sabor.